Estética dental

Empastes estéticos e incrustaciones cerámicas. Los avances en el mundo de la odontología han progresado de tal forma que hoy en día es posible reconstruir dientes anteriores y empastar molares sin que nadie note la diferencia con un diente íntegro. Antiguamente los empastes se realizaban con amalgama de plata, un material excesivamente oscuro que afeaba los dientes. Gracias a los materiales y nuevas técnicas de las que se dispone en la actualidad se pueden realizar de forma fiable (estética y funcionalmente) empastes y reconstrucciones cerámicas (inscrustaciones) inapreciables a la vista.

El procedimiento del empaste consiste en realizar un grabado del esmalte donde poder aplicar un adhesivo. Este potente adhesivo sustentará el material de restauración, el cual se irá colocando a base de pequeñas capas que se irán modelando cuidadosamente. Una vez colocada cada capa se endurecerá gracias a una potente luz halógena. Los diferentes colores y tonos del material pueden combinarse para darle al diente el aspecto deseado. En la odontología de hoy en día, el paciente pide una restauración estética (empaste), y con todas las opciones que tenemos, siempre es posible. Además, ahora mismo tenemos nuevos materiales para dar color a los empastes, mucho mejor que el viejo color plata de las amalgamas de siempre. En el caso de la incrustación cerámica, primero se prepara la pieza y se toman medidas. La incrustación se realiza en el laboratorio de acuerdo a la forma y color de dicha pieza y en una próxima visita se coloca. El principal problema de las restauraciones de amalgamas, aparte del color que no se ajusta con el del diente, hay que eliminar estructura del diente cada vez que se coloca. Puede que el diente al no tener soporte, pueda romperse, haciendo que haga falta una restauración total, como una corona, o reemplazar el diente. Pero fuera de ese caso, los empastes tienen un coste excelente, son muy simples de colocar y tienen una duración muy aceptable.

Carillas y Coronas de Porcelana

Carillas
Se trata de finas láminas de porcelana, de aproximadamente 0,3-1 mm de espesor, que se colocan cubriendo toda la superficie anterior de los dientes. Se unen fuertemente al diente por medio de un adhesivo especial. La unión es tan fuerte que generalmente una vez colocadas no se pueden retirar a menos que se rompa la carilla. Se emplean fundamentalmente para enmascarar anomalías del color de los dientes que no pueden tratarse mediante blanqueamiento convencional. También se emplean para disimular alteraciones del tamaño o forma dentarias, confiriendo al diente un aspecto más ideal. Sus principales ventajas son su poder de adhesión, resistencia a la abrasión y gran impresión estética. Prácticamente no hay que reducir el diente para colocarlas. Una vez cementadas el paciente puede comer con normalidad. Muchas personalidades de la vida pública y medios de comunicación hacen uso de esta técnica para conseguir una sonrisa atractiva.

Coronas o Fundas
Las coronas o fundas de porcelana son, como su propio nombre indica, un recubrimiento total del diente que simula toda la anatomía coronaria. Su espesor oscila entre 1-2 mm. Se emplean cuando se ha perdido una gran cantidad de tejido dentario, por ejemplo tras una gran caries o un traumatismo, ya que la retención de una carilla resultaría muy difícil. También se emplean en casos de dientes endodonciados (que se le ha quitado el nervio), para dar consistencia a todo el diente. 
Sus principales ventajas son la estética, la adhesión y sobre todo la gran versatilidad que presentan a la hora de corregir defectos del tamaño, forma o color dentarios. Además son muy resistentes a la abrasión y a la fractura, por lo que confieren una gran integridad al diente. Hoy en día se están usando cada vez más las coronas o fundas sin metal, especialmente las de zirconio que otorgan una estética excelente, impensable hace unos años atrás.

Blanqueamiento

Con el tiempo el esmalte del diente se va tiñendo a base de sustancias colorantes como pueden ser el tabaco, el café, el té, el tomate, pigmentos químicos, bebidas de cola, uso de determinados medicamentos, etc. En consecuencia, el blanqueamiento dental consiste en eliminar del esmalte, por medio de sustancias químicas, todas aquellas partículas que alteran su color original. El blanqueamiento es un proceso en el que se aplican grandes concentraciones de perióxido de carbamida o de perióxido de hidrógeno para que se consiga un aclarado eficaz. Existen una serie de concentraciones de agentes blanqueadores que se pueden ajustar a cada paciente de acuerdo a la sensibilidad del diente, el grado de blanqueo necesario, el tiempo disponible para el tratamiento, etc. Muchos de estos procedimientos con perióxido se puede realizar en casa, y conseguir el efecto deseado de manera sencilla y eficaz, aplicándolo durante una o dos horas al día. La sensibilidad tras el blanqueamiento no es habitual, y de producirse, remite en pocos días. Hoy en día, las técnicas de blanqueo se han vuelto más sofisticadas y proporcionan a nuestros pacientes unos resultados sorprendentes y con la máxima seguridad.

Antes de realizarse un Blanqueamiento siempre es conveniente que el paciente acuda a su dentista, quien podrá aconsejar adecuadamente sobre este tratamiento.