20 / Nov / 2017

Los piercings orales


Y es que los piercings orales suponen un riesgo de infecciones para la salud bucal derivadas de su colocación.




Pero existen además otros posibles problemas derivados de su presencia en la boca, como rechazos, alergias, dolor, traumatismos en los dientes, etc. Ya que no hay que olvidar que se trata de un cuerpo extraño en la cavidad bucal, que al fin y al cabo es una zona especialmente delicada y que no favorece especialmente la correcta cicatrización de las heridas, por lo que presenta riesgo de infección más alto que en otras parte del cuerpo.


 



Otros estudios señalan que los piercings orales llevan aparejado también riesgo de perder piezas dentales debido al desarrollo de problemas gingivales graves.



 



Hay que distinguir las posibles consecuencias de los dos tipos de piercings orales que pueden afectar a la boca: en la lengua o en los labios.



 



El riesgo de los piercings linguales estriba en el momento de su instalación ya que una perforación errónea o negligente puede ocasionar daños tanto en la glándula salival como sobre el músculo o sobre un nervio. Así si se toca alguna de estas partes de la lengua, las consecuencias van desde una inflamación hasta la pérdida de sensibilidad y sentido del gusto pasando incluso por una hemorragia.



 



Por otro lado, los situados en los labios también pueden ocasionar daños en las glándulas salivales que pueden derivar en obstrucciones y acumulación de saliva así como  inflamaciones en la mucosa labial o en los carrillos, así como traumatismos en los dientes.



 


Por todo ello, si se lleva a cabo es fundamental que su instalación sea llevada a cabo por personas con cualificación y con conocimientos de la morfología de la boca así como de anatomía humana para evitar sustos. Igualmente, se recomienda extremar al máximo la higiene. Y se debe acudir al Odontólogo a la mínima señal de inflamación o problema.