31 / Oct / 2016

Los dientes y el embarazo

Es por ello, que un cuidado previo de la salud bucodental durante el embarazo sea más que necesario para evitar el proverbio.


En el embarazo se altera la composición de la saliva y esto favorece el rápido desarrollo de bacterias. Además un alto consumo de azúcares puede hacer que la placa dental sea más agresiva, y las bacterias que ahí habitan producen ácidos que atacan el esmalte y provocan caries que si no son tratadas rápidamente puede afectar a varias piezas dentales.


Igualmente, la inflamación de las encías o la Gingivitis es más evidente a finales del primer trimestre, puede mantenerse o aumentar durante el segundo trimestre, pero tras el parto remitirá. La causa principal es el aumento del flujo de sangre a todas las mucosas que ablanda los tejidos, incluidas las encías. De hecho, a muchas embarazadas les sangran las encías por este motivo, sobre todo cuando se cepillan los dientes. Y si no se trata adecuadamente, puede desencadenar una enfermedad periodental que afecta a los tejidos que unen el diente y el hueso.


Para evitar estos problemas es necesario mantener una buena higiene bucal, cepillarse los dientes tres veces al día y utilizar el hilo dental para las zonas donde el cepillo no puede llegar. También el aumento del consumo de calcio reforzará los huesos y los dientes, además de consumir proteínas procedentes de la carne, el pescado y las legumbres que ayudarán a la defensa contra las infecciones.


Si durante el embarazo tuvieras la necesidad de realizarte un empaste, no te preocupes, la anestesia local que se usa no tiene efectos perjudiciales para tu bebé. Lo que no se puede hacer son radiografías. Es importante visitar al dentista cuando notes alguna molestia bucal porque puede prevenir males mayores, incluso en la salud de tu bebé.